De redes sociales
Las redes sociales han acabado por copar la vida de millones de personas. Facebook o Twitter, por citar las que todo el mundo cita, acaban siendo extensiones de la propia persona, en una búsqueda de la ubicuidad que, en parte, consiguen, pues al tiempo uno está con su amigo de la infancia de Alicante y con el profesor holandés que conoció en un congreso en Cracovia. Sin embargo, hasta la fecha no conozco colegas que hayan utilizado esta red para hacer grupo con los compañeros de una clase. Las posibilidades ilimitadas de comunicación e interacción bien podían ser aprovechadas por un profesor para crear en facebook el grupo de “Cristalinidad e Impudicia de la materia cuántica”, por ejemplo, y anunciar convocatorias, propuestas de lecturas, vídeos formativos o incluso enlaces a las biografías de la wikipedia de los próceres que hayan indagado en temas de la asignatura. Y digo más: mi alumno Genovevo Pistón me ha introducido en este mundo y –vive Dios- que lo voy a aprovechar. El mail está muerto, vivan las redes sociales. Viva el progreso, viva la interacción. Vivat internet, gaudeamus igitur.
Las redes sociales están muertas. En poco más de dos años facebook estará hundido por las pérdidas. La realidad de sus cuentas está en internet.
Apreciada Sandra,
¡no me vengas con esas que acabo de comenzar! Desconozco si las redes sociales van a terminar pronto o tarde, pero sí sé que cada minuto que un grupo con voluntad de «hacer cosas» no emplea una red social para «organizar cosas» es tiempo perdido en lo que a «esas cosas» se refiere.
Estoy de acuerdo con que se emplean poquísimo entre alumnos de una misma clase, como mucho hay algunos grupos que las utilizan para poner fotos de sus juergas y para organizar el viaje fin de carrera. Pero, ¿no tendría que hacerse esto por parte del propio profesor? ¿Quién lo haría si no?
Precisamente, Sandra, es lo que trato de decir en mi post: que los profesores TENEMOS la obligación de ser imaginativos, y estar en las nuevas tecnologías. Es responsabilidad nuestra, de nadie más.