UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Basándose en la importancia que otorga la Unesco a los paisajes culturales

Agricultores, estudiantes, académicos y agentes sociales de la Vega Baja asistentes a las V Jornadas en Defensa de la Huerta que dirige el catedrático de geografía Humana de la Universidad de Alicante, Gregorio Canales, elaboran un Manifiesto en defensa del paisaje huertano basado en la importancia que otorga la UNESCO a los paisajes culturales. Según Canales, «el artículo primero de la convención de 1992 de la UNESCO considera que los paisajes culturales son las obras que combinan el trabajo de la naturaleza y del hombre ilustrando la evolución de las sociedades humanas y el uso que éstas han hecho del espacio a lo largo del tiempo, por lo que identifican regiones en las que existe una relación cultural, económica y social inseparable entre los grupos humanos y su entorno natural y muestran como las sociedades usaron, transformaron, conservaron y mejoraron ese entorno». La protección de estos paisajes culturales es esencial para mantener la diversidad biológica y patrimonial en muchas regiones del mundo, entre ellas, la zona del Bajo Segura, «cuya singularidad constituye una riqueza patrimonial distintiva y de referencia frente a otros espacios agrarios de la Unión Europea», explica Canales. Para ello, han elaborado un manifiesto que estructuran en doce puntos en los que se abordan cuestiones como la importancia del riego tradicional como vertebrador del paisaje o que el reconocimiento de los valores de la vida rural no está reñido con el desarrollo de una economía agraria moderna.

Las Jornadas de las que ha surgido el Manifiesto, que este año han versado sobre La Huerta, un paisaje singular infravalorado, están organizadas por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Alicante a través de la Sede Universitaria de Orihuela y de la Cátedra Arzobispo Loazes.

A las mismas han asistido alumnos universitarios, agricultores y representantes de colectivos sociales de la comarca, como la Comunidad de Regantes Los Carrizales-Elche, Natura Viva, Asociación Plataforma Defensa de la Huerta, Plataforma Cívica Segura Limpio, La UNIÓN de Agricultores y Ganaderos, colectivos «muy preocupados por la situación que atraviesa el paisaje de huerta en nuestro territorio», explica Gregorio Canales. De ahí que los asistentes se hayan volcado en las propuestas del Manifiesto que fue aprobado unánimemente por todos los asistentes.

Manifiesto para la defensa del paisaje huertano

Catalogar y proteger el sistema de riego tradicional (azudes, acequias, azarbes y demás patrimonio hidráulico), como elementos vertebradores del paisaje huertano. Ello implica la conservación y respeto de su estructura original (sin entubar) para mantener la vegetación asociada a ella y su fauna singular.
Reconocer los valores de la vida rural y promover la defensa de los usos tradicionales, agrícolas, ganaderos y pesqueros, entre otros. Al tiempo que se fomente actividades innovadoras y respetuosas con el medio ambiente, que permitan desarrollar una economía agraria moderna.

Que el paisaje huertano sea respetado en su integridad, según la normativa emanada de la Unión Europea, asentando el principio del derecho al paisaje y a un entorno medioambiental saludable, como un derecho inalienable de la persona y reivindicable ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Que los municipios con superficie de huerta confeccionen la Agenda 21 Local, como herramienta para conseguir un modelo de desarrollo sostenible que contemple la relación del núcleo urbano con todo su término, y no se centre exclusivamente en la problemática ambiental del casco urbano.

Conservar y acondicionar los caminos rurales y vías pecuarias existentes, promoviendo una red de senderos que unan los espacios de huerta con los parques y parajes naturales cercanos. Estos ejes viarios debían conformar rutas turísticas bien programadas y documentadas.

Instar a los representantes políticos para que incluyan en los próximos programas electorales la defensa de la actividad agraria como estrategia de futuro capaz de generar rentas agrarias y puestos de trabajo de ella derivados, lo que implicaría la conservación del paisaje y la mejora de la calidad de vida. Igualmente, que promuevan el control y la vigilancia del dominio público para evitar contaminaciones de todo tipo (lumínicas, sonoras, del agua y del suelo).

Limitar la creación de grandes infraestructuras: como puedan ser carreteras, autovías, alta velocidad, así como la construcción de urbanizaciones, polígonos industriales y de servicios, campos de golf y centros comerciales, entre otros, hasta que los existentes se hayan quedado obsoletos o sin capacidad suficiente.
Un mayor respeto y valoración por parte de las instituciones locales hacia el saber y las prácticas consuetudinarias de los agricultores, apoyando la realización de encuentros, charlas, congresos, jornadas…, que integren los conocimientos del pasado con los del presente, en aras de un progreso equilibrado y racional.

Solicitar a los ayuntamientos que hagan de una vez una apuesta solidaria y mancomunada para la protección real de la huerta tradicional, con un apoyo efectivo y público a la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de la misma, como primer paso que demostraría un compromiso serio en defensa de este espacio cultural único en la Unión Europea. En consecuencia, deben demandar para ella la declaración de Lugar de Interés Comunitario (LIC).

Valorar el modelo de construcción de casa rural como exponente del típico paisaje huertano, con medidas prácticas como la catalogación de edificios representativos, diseño de un modelo arquitectónico inspirado en el tradicional y prohibición de construcciones que alteren y desprecien el paisaje, tanto en el medio rural como en el urbano.

Incentivar con apoyo económico la regeneración del paisaje huertano, mediante la plantación de árboles autóctonos en las veredas e infraestructuras de riego; la eliminación de aquellos elementos que afean el territorio, como los vertederos incontrolados, las parcelas y edificaciones abandonadas, para evitar la imagen peyorativa de la huerta, mejorar la salud y controlar posibles plagas.

Unimos nuestra voz a quienes, desde España y el resto de Europa, instan a la derogación de la Ley Urbanística Valenciana, debido al terrible impacto destructor que sus disposiciones tienen sobre la Huerta, además de la injusticia intrínseca que significa su aplicación a residentes comunitarios y españoles. Como alternativa, solicitamos la promulgación – previo acuerdo con los interlocutores sociales- de una nueva legislación protectora de la Huerta.