«La cosmología también tiene su revolución del 98», afirma el físico González Posada en un curso de verano de la UC en Laredo
El profesor Francisco González de Posada ha hablado esta mañana en un curso de verano de la Universidad de Cantabria en Laredo sobre la nueva cosmología, apoyada sobre la «hipótesis plausible» del Big Bang
El físico Francisco González de Posada ha explicado hoy que «en materia cosmológica, la revolución del 98 no es la pérdida de Cuba de 1898, sino el descubrimiento cien años después, en 1998, de tres acontecimientos que aportan una serie de matices al modelo de generación del Universo, y que contribuyen a asegurar que el Universo está en expansión». En su conferencia en el curso de verano de la Universidad de Cantabria sobre «Nueva Cosmología», el ponente ha hablado de tres descubrimientos que a finales del siglo pasado sirvieron para respaldar la concepción del Universo existente hoy día, en cuya generación se sitúa el fenómeno del Big Bang, al que también ha hecho referencia. El científico ha explicado que en el año 1998, mientras se investigaba sobre supernovas de tipo 1A, se descubrieron por azar tres extremos que encajaban plenamente en el modelo del Universo sobre el que se sostiene la cosmología actual: el primer lugar, la constatación de la expansión del Universo; en segundo, que el Universo es plano en las zonas intergalácticas; y por último, la presencia de masa en uno de los tres tipos de neutrinos existentes.
En su conferencia, González de Posada ha explicado que el Big Bang es una «hipótesis harto plausible» de la que se sirven los científicos para explicar el origen del Universo, pero que no es una teoría ni un hecho, sino «un ingrediente clave en el modelo que tenemos para explicar el funcionamiento del Universo, al que hay que unir todo un conjunto de hechos observacionales y de teorías intelectuales».
Los alumnos del curso han aprendido asimismo que «la ciencia es consciente de que no sabe lo que fue el Big Bang, y no podrá saberlo», pero es la hipótesis sobre la que se apoya el modelo actual del Universo, aceptado hoy por la práctica mayoría de los cosmólogos, que apoya la teoría de un Universo en expansión. La idea anterior, referente a un Universo estacionario que era constante desde cualquier punto y en cualquier tiempo, y que en su día fue seguida por la mayoría de la comunidad científica, ha quedado desechada por constantes y posteriores evidencias, como las descubiertas en 1998 a las que el profesor González de Posada ha hecho referencia.
En el momento del Big Bang, acontecido hace 13.700 millones de años, nacen el espacio y el tiempo, por lo que puede entenderse como el origen de «el todo que existe», especificado por González de Posada con el artículo «el» para enfatizar que es «efectivamente, la génesis de absolutamente todo lo que existe». Además, ha señalado que hay que tener cuidado con este punto ya que «como individuos, aunque no como científicos, podemos pensar en otros Universos, bien paralelos, bien preexistentes al nuestro, o bien, simplemente, fruto de otras constantes universales, constituyentes, leyes de funcionamiento o fuerzas diferentes a las que gobiernan el Universo tal y como lo conocemos hoy día. «Sabemos cómo fue el Universo justo después del Big Bang, pero podemos hacer el ejercicio de cambiar alguno de los elementos anteriores y hablar de otros Universos posibles», ha señalado González de Posada, para subrayar rápidamente que «Universos posibles hay muchos, pero Universos en el que hubiéramos podido aparecer nosotros, sólo uno: el nuestro».
Otros de los conceptos utilizados por el profesor para explicar la aceleración que está experimentando el Universo en su expansión es el de energía oscura, una forma de energía que permea todo el espacio actuando en sentido contrario que la gravedad, que de momento «ni existe ni no existe», pero que «cuadra perfectamente en el marco de todas la teorías que tenemos sobre el desarrollo del Universo».
Problemas fundamentales de la Humanidad
Francisco González de Posada ha explicado que el problema del Universo es uno de los que tradicionalmente ha centrado las preocupaciones de la Humanidad. Para el profesor, los problemas no tienen solución exacta, verdadera o universal, y cuando van acompañados del adjetivo «fundamental», se refieren a aquellos que efectivamente carecen de solución, pero cuya trascendencia es tal que exige la búsqueda de una respuesta.
Así, según González de Posada, los problemas fundamentales de la Humanidad a nivel intelectual son cinco: los problemas conjuntos del Universo y la materia, estudiados por la cosmología ya desde las civilizaciones más antiguas; el problema del Hombre, cuyos subproblemas han ido surgiendo a lo largo de la Historia, siendo los primeros la dignidad o la moralidad, posteriormente el origen del Hombre (resuelto por la Teoría de la Evolución de Darwin); y actualmente las conexiones cuerpo-mente; el problema de Dios, al que se le han dado sucesivas respuestas a lo largo del tiempo; el problema del conocimiento, que es lo que da sentido a las edades Moderna y Posmoderna; y por último, el problema de la vida, asociado en el siglo XX al existencialismo, y más recientemente a la posibilidad de crear vida artificial, y a conocer la posible existencia de vida fuera de nuestro planeta.
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