La Universidad de Navarra edita una guía interactiva para promover actitudes cívicas en los estudiantes
UNIVERSIDAD DE NAVARRA
La iniciativa de Parlamento Cívico se dirige a profesores de Secundaria
La Universidad de Navarra, a través de la iniciativa Parlamento Cívico, ha publicado la guía La competencia social y cívica para profesores de Secundaria. Editada por las docentes del centro académico Elena Arbués, Concepción Naval, Charo Repáraz, Charo Sádaba y Carolina Ugarte, pretende ser «una ayuda para el profesorado en su tarea, nada fácil pero apasionante, de suscitar en su alumnos actitudes propias de un buen ciudadano», indica la profesora Naval. Se encuentra disponible online en la web de Parlamento Cívico (http://www.unav.es/evento/parlamentocivico/guia_didactica), en formato interactivo.
Según Concepción Naval, «al margen de las controversias que suscitó la aplicación de la educación cívica en la legislación española, hay un acuerdo en la necesidad de una educación que promueva las virtudes necesarias para que los alumnos lleguen a ser miembros responsables de nuestra sociedad democrática; la conveniencia de promover la ciudadanía activa; y el interés por adoptar medidas para hacer frente a los nuevos retos de la sociedad multicultural». En esta línea, apunta que el reciente Real Decreto 1190/2012, publicado en el BOE el pasado 4 de agosto, ha modificado los objetivos y los contenidos de la asignatura.
Virtudes para mejorar como persona y ciudadano
El volumen profundiza en el concepto de competencia social y cívica y describe a un buen ciudadano demócrata como alguien «activo y responsable y que sabe que el desarrollo social depende del desarrollo y perfeccionamiento personal. Por eso las mayores energías deben destinarse a fomentar las virtudes sociales y los valores democráticos», defienden las profesoras. Entre los valores sociales que destacan se encuentra el respeto, la justicia, la gratitud o la responsabilidad: «Estas virtudes hacen mejor a la persona y le facilitan relacionarse con los demás en sociedad».
La guía resalta la democracia, la cohesión social y la participación ciudadana como los conocimientos esenciales que el educador debe transmitir. Hace también hincapié en el entrenamiento en habilidades intelectuales, como el pensamiento crítico o la capacidad de análisis, y participativas, como el liderazgo o la comunicación.
De esta forma, desarrolla un conjunto de objetivos que aplica a una propuesta más concreta de contenidos clasificados en teóricos (la Declaración Universal de los Derecho Humanos o el funcionamiento de los Estados democráticos), sobre actitudes y virtudes sociales (bases del civismo y la sociabilidad) y sobre acción social y participación (bien común o justicia social). Finalmente, expone los agentes de la práctica educativa y destaca la evaluación como un componente ineludible de todo proyecto educativo.
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