Estos días estoy que no paro, entre pensar que tengo que escribir en los blogs, pensar de que voy a escribir, pensar cuándo voy a escribir, pensar qué otras cosas puedo hacer aparte de escribir… nada, ni un respirito!
Hoy vengo con una de las ya habituales entrevistas para cultivar vuestro intelecto y conocimiento de la cantidad de blogs gastronómicos interesantes que hay por ahí.
Y si ya en vez de madrugar lo que haces es escribir tres días antes del momento en cuestión, más que ayudarme me debería de montar un pisito (no?). Eso es, tres días de adelanto para un plan que sabéis bien que me encanta, lo que pasa es que siempre me acuerdo de escribir los domingos por la noche y eso ya como que no, que de una semana para otra se os olvida, la liamos y un día nos llevamos un disgusto.
Los listillos estaréis pensando, «va a hablar de un brunch, va a hablar de un brunch», pues sí, es lo que toca en un día tan fresquito como el que hace hoy (recuerdo a la audiencia que estoy en Córdoba), que alegría, (sigue siendo irónico).
Pero sí que paga las cosas que nos hacen felices. Hoy vengo con un sitio (sí, lo tengo guardado de hace mil años y hasta hoy no me he decidido a escribir sobre él, blabla blabla… lo típico), que la verdad es que me gustó mucho mucho en parte porque iba con papá y mamá y les concedí el honor de invitarme. (Aunque realmente siempre invitan ellos, que yo el dinero no lo saco de un árbol…todavía).
La cosa es que el sitio pasa un poco el límite de lo que estoy dispuesta a pagar en estos momentos de mi vida o también conocido como «ese sitio al que vas y luego te arrepientes mucho mucho», que ya andamos a mediados de mes, la cosa flojea y las escapadas a la playa tiran más que un filete bien puesto, pero bueno, como ahora ya no me pilla en Madrid, no me da envidia y me veo moralmente capaz de hablaros de él. Tampoco os asustéis mucho, que a ver si os vais a creer que es como reservar el Taj Mahal para una cena para dos, es más bien que estoy con el euroahorro y me escandalizo con poco.
De nuevo en casita después de una vitita express a Madrid (ir en el ave para dos días y creerte una ejecutiva de alto standing, todos lo hemos vivido) y es que decidí hacer con mi hermana del alma un curso de protocolo, sí sí, de eso de «saber como comportarse en cualquier situación», así que princesas del mundo, ya podéis venir a saludarme por la calle, que no me vais a pillar desprevenida. El tema cubiertos lo llevo un poco peor, pero la reverencia…vamos, para ponerlo en mi curriculum como habilidad especial.
Y antes de volver a ver la arena, el sol y el mar quería dejaros con un sitio al que fui allá por Diciembre pero que por supuesto lo dejé olvidado hasta hoy (y diréis, si a esta chica se le olvida todo, de qué narices escribe? yo también me lo pregunto, porque estoy llegando a límites preocupantes). El sitio va muy en mi línea, que ya no lo voy a explicar porque me conocéis de sobra (pequeño, decoración original, buen ambiente) y por supuesto precios más que asequibles.
Bueno, aquí estamos de nuevo. Ya instaladita en casa de mis progenitores y, pese a todo, currando con el blog, os quejaréis. Hacía tiempo ya que no subía ninguna entrevista así que hoy, día caluroso donde los haya creo que os conviene más prepararos algo en casita con el aire acondicionado puesto.
Tranquilo todo el mundo! Sigo vivita y coleando! Ya sé que dije que en cuanto volviera de Ibiza seguría con novedades, pero es que entre el calor, tener que hacer la mudanza del cuarto y la depresión post-vacacional no me veía yo lo suficientemente inspirada. Para todo aquel que se lo cuestione, sí, el viaje estupendo (Estrella Damm, vaya paliza que os hemos dado), de hecho lo único malo fue el tener que volver. Todo lo bueno se acaba, menos Recortes, claro, aquí seguimos dispuestos a echarle un pulso al bikini!
Hoy perdonadme que esté un poco melancólica, es, probablemente la última entrada que escriba desde mi colegio mayor, el Santa Mónica. Ya toca dejar para siempre la habitación, los 57 grados de temperatura ambiente en verano y el «atención, va a dar comienzo la eucaristía» que se escucha a 200km a la redonda. No os preocupéis, no me voy a ir por las ramas, aquí lo dejo. Ya haré algo conmemorativo para nuestra despedida, sorpresa sorpresa.
Y después de la época de lluvias torrenciales, de ahora hace buen tiempo y ahora juraría que veo a los jinetes de la apocalipsis cabalgando por el cielo, llego con un sitio que hace doscientos millones de años (ni uno más, ni uno menos) lo iba a subir y lo fui dejando, lo fui dejando…y lo dejé. Ya sé que siempre digo lo mismo, pero es que por muchas cualidades que tenga lo de desastre no me lo quita nadie.
En fin, hoy la cosa va de la realeza, pero no de la inglesa (William&Kate, sé que no hice una entrada conmemorativa de vuestra boda, pero al no haber recibido invitación pensé que lo más conveniente era haceros el mismo caso que vosotros a mí, o sea, ni un poquito).
Qué horror de díitas los que me (nos) ha tocado vivir últimamente con tanto examen y tanta tontería no nos dejan ni respirar…. Con lo bonito que está el sol todo el día en el cielo… Y los megadiluvios de 10 minutos (no nos olvidemos de ellos) que, para más inri, no me pillan nunca en la calle, todo el día encerradita (y pensarás «bueno, así estudias mejor»…mentira! tienes que estudiar y hace un tiempo horroroso, a eso se reduce tu vida en estas épocas).
Bueno bueno, qué pesimista me ha tocado ponerme hoy (he hecho mi primer examen hoy, permitidme que no vea la vida color rosa).
Después de la entrevista-novedad vuelvo a lo que es lo mío, más sitios para salir y menos cocinar. Como dije, las intercalaré entre las entradas normales para enriquecer vuestra cultura gastronómica y vuestro espíritu (siempre el espíritu…y la barriguita!). Tengo muchas en cola de espera muy interesantes, así que no os impacientéis.
